martes, 26 de diciembre de 2006

No estaba muerto, ¡estaba de parranda!










Foto: Víctor y María, dos ejemplos de la fusión de fiesta y Sociología...








Fiesta en LA BIBLIOTHECA





Martes 19 de Diciembre



Asistencia: sólo estaban los sociólogos más incondicionales.



Entradas vendidas:99 (no está mal para un Martes)



Incidencias: espectacular actuación del Comité de Festejos, que dió verdadera marcha a la fiesta (como se nota que les invitaron a unas cuantas copas).




La fiesta no fue tan apoteósica como las anteriores, pero estuvo bastante bien y el buen ambiente era inmejorable. Estuvieron los incondicionales de estas fiestas: María, Elena, Sara, Víctor, David Alcón, Sergio, Davíd Hernández, Gonzalo, Marcos y el gran Chema .
Faltaron presencias tan notables como las alternativas ( "el comando") o "las trabajadoras sociales", pero se solventaron estas importantes bajas con la aparición de las entrañables Patry y Elia, que nos deleitaron con su presencia.
Foto: El Comando brilló por su ausencia




La música, los bailes....todo era propicio para una confraternización sociológica, pero tranquilos que no hubo nada que comentar en el plano erótico-festivo (salvo la pasíon de los co-delegados por el Ron Barceló y Brugal respectivamente).







Foto: Aída, al igual que Roldán, ¡déjate ver!




La nota positiva, es que por fin salieron las cuentas.





Para que luego digan que los milagros no existen en Navidad.

Foto: ¡Ya tenemos camisetas! (de venta en establecimientos autorizados).



FELIZ Navidad (con Media Markt) y próspero año nuevo (con Garrafone, uy, perdón, Vodafone)

sábado, 23 de diciembre de 2006

De la Navidad, su peste y el champagne

Observo, desde mi tribuna en las altas cumbres nevadas, con estupor y perplejidad como últimamente este blog de alegría y jolgorio sociológico se ha prostituído en un sanedrín de bucles cerebrales y desvaríos generalizados, o como diríais cualquiera de vosotros, mis lectores, "unas rayadas de coco de la hostia". Constatado esto pues y presentando mis más humildes respetos al compañero JFCA, he de decir que la Navidad seguramente apeste, pero apesta a champagne, a cubatitas, a cerveza y/o a calimocho y esa peste es un embriagador aroma que nos transporta al nirvana, a ese estado de felicidad del que nunca querríamos salir, rodeados de amigos haciendo apología de la amistad (permitidme la redundancia) más besucona y pegajosa, ese momento en el que los seres del sexo opuesto se muestran más cercanos que nunca y en el que la fauna salvaje de nuestros pueblos y ciudades nos muestra a sus mejores ejemplares de pulpos, zorras, ratas y esponjas de bar que no de mar. Por qué renegar de eso si nos pasamos el año justificando nuestras melopeas y esperando a que lleguen estos días para no tener que darnos explicaciones a nosotros mismos de por qué lo hacemos, el 25 de diciembre y el 1 de enero posiblemente son los dos únicos días de resaca en el año en los que no decimos "no vuelvo a beber" porque estamos orgullosos de haber bebido, de habernos hecho fotos chorras e incluso alguno/a de haberse comido una ración de callo malayo porque joder "es nochevieja" hay que desfasar.

En fin, amigos weberianos, marxistas, durkheimianos, irisianos e incluso enguitianos, no sigáis el ejemplo de Garfield, que la sociedad no os corrompa pero que tampoco os corrompan los que están en contra de la sociedad, que cada uno encuentre su sitio y lo defienda con argumentos que no impidan a los demás seguir su camino, no os convirtáis en borreguitos del Belén pero tampoco en William Wallace de vuestro portal, ante todo mesura.

Y después de este ratito de difundir mi apostolado volveré a mi hibernación en las serenas cúspides Bejaraüis para cuando algo interrumpa bruscamente mi plácido sueño pueda bajar con la bravura y la ferocidad con que el río Cuerpo de Hombre lo hace por las laderas del Travieso.

Un fuerte abrazo a todos, disfrutad.
FDO: David Hernández

viernes, 15 de diciembre de 2006

La navidad apesta (the christmas sucks)


Estimados sociólos:


Habéis visto el anuncio navideño de "el corte inglés" (que yo todavía no sé que tiene de inglés. Debería llamarse "el corte" a secas, aunque quedaría un poco tosco y seco); es una oda a la autentica navidad, esa que inventaron las empresas para sajarnos un poco más la cuenta de crédito.



El lema es sencillo: consume, consume, consume; y cuando te reviente la cabeza y mueras debido a este odioso frenesí "navideño", no nos salpiques, deja tu herencia para que otros consuman por tí.




Espero que nos os dejéis llevar por la publicidad y, aunque paséis buenas fiestas (que es menester), no os pongaís a comprar porque sí; sólo porque lo diga la tele (que ya sois mayorcitos para creer en las noticias de Antena 3).


Os aporto algo interesante, espero: (leedlo, no seaís vagos)


"De unas vacaciones a las siguientes hay una eternidad, así que nos hemos buscado distintas cosas que celebrar. El día de la Comunidad, el santo patrón de nuestra ciudad, nuestro cumpleaños, la Navidad o el Día del Trabajo. Son pequeños homenajes a nosotros mismos que solemos celebrar con los demás. Es saludable y civilizado; por una parte rompemos la rutina y, por otra, compartimos nuestra alegría con otras personas. Pero hay muchas formas de celebrar y de compartir, unas más personales y otras más materiales. A veces no recordamos que lo más importante de las fiestas es compartir y no mostrar lo mucho que tenemos o que podemos comprar.



Parece que nos alegramos más del cumpleaños de un amigo o de un hijo si se prepara mucha comida y mucha bebida. Además, esa comida y esa bebida suelen servirse en vasos y platos, y con cubiertos, manteles y servilletas desechables, casi siempre de colores y con dibujos. Es decir un montón de papel y de plástico que sólo se utilizará una vez y con ellos irán a cualquier vertedero un montón de materias primas derrochadas, tintas y otras sustancias contaminantes y una buena dosis de energía utilizada en la fabricación de estos elementos. La Navidad es, sin duda, el momento del año en que somos, casi por encima de todo, consumidores.



Un paseo por el centro de cualquier ciudad en el que nos situemos como si fuéramos una estatua observando los movimientos y escuchando las conversaciones de la gente es un buen ejercicio para comprobarlo. Quizás ya no lo recordemos pero la Navidad es una fiesta religiosa en la que los creyentes celebran el nacimiento de un niño en el lugar más pobre y de la manera más humilde que se pueda imaginar. Para los no creyentes la Navidad no es más que unos días festivos en los que no hay que ir a trabajar.



Pero a todos, sin pedirnos permiso, todos los años, durante más de un mes, la Navidad no sólo nos espera en la calle sino que, además se nos mete en casa. Bueno, en realidad no es la Navidad lo que nos persigue sino el consumo navideño que es otra cosa y que poco tiene que ver con el humilde portal de Belén. ¿Cómo puede ser que el besugo valga un día x y a la semana siguiente suba al doble?, ¿es normal que todos queramos comer langostinos el mismo día?, ¿cómo es que a todos nos hacen falta un jersey y un abrigo nuevos al mismo tiempo?



Los ayuntamientos que durante todo el año se quejan de tener poco dinero no parece que calculen lo que les va a costar llenar la ciudad de bombillas y cómo será la factura de la luz que pagarán con nuestro dinero. Mientras, las calles se llenan de músicas celestiales y los escaparates de colores que atraerán nuestras miradas hacia cosas que muchas veces no necesitamos. Una de las que no necesitamos pero siempre nos gusta es el turrón; de yema, de Jijona, de Alicante, guirlache o mazapán; pero ahora también de chocolate, de coco, con brandy y nuevas variedades que aparecen cada año; de la misma manera que cada año, las pastillas son un poco más pequeñas y la caja un poco más grande. Todas las cajas son un poco más grandes en Navidad, todo lleva una capa más de celofán y hasta al salchichón se le puede poner un lazo de colores. Parece que cuánto más pequeño es el regalo más grande es el envase y más embalaje hay que ponerle.



Los niños son el principal objetivo de la publicidad y el marketing navideño. Muchos padres pagarían porque se estropeara la tele a la hora de los anuncios que rodean a los programas infantiles de la tele porque saben que durante la Navidad la palabra más oída en la casa será “¿me comprarás...?”. Por si fuera poco, cada vez dura más la Navidad; empieza cuando todavía falta más de un mes y las tiendas permanecen abiertas mientras quede una sola persona por la calle buscando el videojuego que anuncian en televisión. Además aparecen celebraciones y costumbres que no sabemos de dónde han salido. Para muchos no había más noche mágica que la del 5 de enero pero los padres de hoy ven aparecer a Papá Noël o Santa Claus en un trineo tirado por renos y a los pocos días no les queda más remedio que poner comida para los camellos de los reyes magos. ¡Cualquiera les explica a los niños que por donde pasa un reno no puede pasar un camello!



Lo último en llegarnos, para alegría de las tiendas de lencería, es la costumbre de llevar ropa interior de color rojo en nochevieja, pensando que si no compramos alguna pieza de este color nos esperan 365 días de desgracias. Ya no nos acordamos que la pasada nochevieja también lo hicimos y durante el año ha habido de todo: días felices y otros menos. Debe ser cosa del mercado único y el mundo global pero si a un español le coge la Nochevieja en Egipto e insiste en comer 12 uvas, más de un egipcio va a pensar que estamos locos, a pesar de que también ellos hayan empezado a poner espumillón y bolas brillantes por las calles.



Se supone que en Navidad se trata de celebrar la humildad, la paz y la fraternidad, pero ni nos acordamos de los humildes, ni pensamos en todos los lugares donde hay guerra ni nos sentimos de aquellos que jamás recibirán una cesta llena de botellas y turrones. De repente todos somos más ricos de lo que éramos y empieza la gran fiesta del consumo. No nos importa derrochar, ya no pensamos en los envases ni en el ahorro energético y no nos acordamos de quel vertedero que no queremos pero que llenamos de residuos, entre otras cosas, con el árbol, el muérdago y el acebo que tan tranquilos estaban en sus bosques hasta que a nosotros nos ha dado por llenarnos de símbolos de paz en vez de paz de verdad" (Fuente: Extracto del libro "Consumo sostenible" de Pilar Comín y Bet Font. Editorial Icaria / Milenrama).


Al final, ocurra lo que ocurra y hagamos lo que hagamos, estamos de vacaciones y no hay que ir a la facultad.


Feliz navidad a todos/as.





No llores chaval, que bicho malo nunca muere... (excepto pinochet) y a este individuo (cuya imagen actual acuñó coca-cola) lo resucitan las multinacionales todos los años por las mismas fechas.


Lo dicho, a ser felices...

fdo: Juan Francisco Cano Loro








Nochevieja Durkheimiana..., ¡RESACA WEBERIANA!













Lugar: La Bóveda
Fecha: Noche del jueves 14


Asistencia: 31 Sociólogos/as
Incidencias: Lleno hasta la bandera en el Bar La Bóveda, donde el hacinamiento facilitó el calor sociológico. Hubo cerveza y sangría en abundancia y la gente salió del Bar ebria de felicidad (sic).










La cena comenzó con buen pie pese a la seria amenza de saturación del Bar (sólo había sitio para 30 personas y se apuntaron 35), las jarras de cerveza y sangría se entreemezclaban con los churretosos calamares y las sanas ensaladas (éstas últimas hicieron las delicias de las sociólogas).

Foto: jugadores del mítico equipo de Fútbol de CCSS







La cena discurrió con cordialidad y bullicio: la vieja guardia sociológica (el equipo de fútbol y los co-delegados) dejaron entrever una buena amistad con las simpáticas chicas del Comité de Festejos (pero sólo una buena amistad, no hay dobles lecturas,jeje), la gente se dedicaba a hacer fotos a diestro y siniestro (destacando el sector de Víctor, Sergio, David e Isidro con su videocámara) y el sector "alternativo" de Ana, Patry, Silvia y Diana parecían estar bastante alborotado en el fragor de la noche (comenzaron la siempre popular "guerra del mendrugo" con lanzamientos más que peligrosos de pan).

Foto: Silvia y Diana, dos de las instigadoras de la "guerra del mendrugo"



A medida que las jarras se vaciaban la gente se iba soltando, y los gritos y cánticos empezaron a brillar.



Uno de los momentos álgidos del a noche fue cuando la muchachada empezó a pedir que se levantara el infame delegado, el cual ya estaba bastante "indispuesto" por una desafortunada mezcla de calamares, cerveza y sangría, éste se levantó y saludó pero la gente quería que dijera unas breves palabras. Tras sacarse una breve hoja en la que decía tener preparado un discurso (aunque realmente era una hoja con la lista de las camisetas y el dinero) soltó una frase genuinamente sociológica: ¡Sois una clase de puta madre!

Foto: La Triple Entente Sociológica (Isidro, Víctor y David). Fotógrafos y grabadores oficiales de la cena.



Ante una frase que reflejaba una oratoria y un aplomo sin parángón, la gente no pudo hacer otra cosa que romper a aplaudir...



La cena sea acabó con unas cuantas jarras de más, dando comienzo a una verdadera procesión donde era difícil no perderse (como al final así fue), debido a la euforia latente en el ambiente y a la ebriedad de algunos de sus miembros.



Ya en los bares, se comprobó la dificultad de reunir a la gente en un mismo bar, pues los gustos son variados, pero más o menos se consiguió que la gente de clase pasara una buena noche en lugares tan variopintos como el Country, Medievo, Paniagua, Zona Centro.


Fue inevitable que la gente se perdiera pero ya se sabe que de fiesta cada uno hace la guerra por su cuenta (y que de noche todos los gatos son pardos).


En definitiva, una gran noche que esperamos que se vuelva a repetir e incluso superarla en ambiente y cachondeo.

Esperemos que las aventuras, o mejor dicho, desventuras erótico-festivas de esta fabulosa clase se concreten en el futuro en álgo más que en puros comentarios o en el lanzamiento de fichas.


Pasad una buena navidad y recordad: al volante ¡Si WEBER, no con DURKHEIM!


PD: Iré ampliando este artículo con vuestros comentarios de la cena y vuestras fotos, ¡Por que queremos saber la verdad!





miércoles, 13 de diciembre de 2006

El jueves 14 cena de clase

Compañeros y compañeras, mañana jueves día 14 se celebrará en el restaurante la Bóveda a las 21 horas una cena de clase que reunirá a más de 30 sociólogos, no se ha podido avisar antes porque faltaba la confirmación del restaurante, espero que acudais todos y que el ambiente sea bueno y nos lo pasemos genial. Ya sabéis, se busca amistad y lo que surja jaja. Un saludo, nos vemos.

viernes, 1 de diciembre de 2006

En la fiesta de Blas, en la fiesta de Blas, ¡todo el mundo salía con unas cuantas copas de más!


Lugar: La Bibliotheca
Fecha: Madrugada del Jueves 30 de Noviembre al Viernes 1 de Diciembre
Asistencia: Casi lleno
Total de entradas vendidas: 164 (aproximádamente, no es seguro), no está nada mal.
Incidencias: Fuerte presencia de sociólogos, destancando "el grupo de Trabajo Social" y el grupo de Patri, Silvia,Ana, María y Diana(las alternativas, jeje). Por parte de los chicos destacar a Marcos, que en un alarde de compromiso éstuvo unas 18 horinas de fiesta.....
Gran fiesta la celebrada ayer en La Bibliotheca (se pone asi,¿no?), multitud de sociólogos/as y un gran ambiente demostraron el potencial erótico-festivo de esta gran clase.


Acudió la flor y nata de la clase (bueno, también estaba el Delegado, jeje) y tanto la música como las copas hicieron que la temperatura subiera dentro del Bar.
No hubo romances ni momentos tórridos, aunque se percibieron indicios que convierten el futuro en una incógnita.
La fiesta estuvo bien y podemos destacar el ritmo y los bailes de las trabajadoras sociales (que ofrecieron su propio "Mira quién Baila"), la única nota negativa fue el desbarajuste a la hora de hacer cuentas, un fatal despiste y el cansancio de la gente (por no decir la torza) impedían que las cuentas cuadraran, afortunadamente al final todo se ha solucionado.
Nota: Si quereis que ponga más fotos, enviadlas a gonzalete1985@hotmail.com, no trapichearé con ellas...