Sociópatas de honor: Javi

Estimados compatriotas, hoy toca hablar de un gran sociólogo, y mejor compañero, con el que muchos de nosotros estamos en deuda: el gran Javi.

Javi es uno de esos compañeros que pese a procurar pasar lo más desapercibido posible en clase (es un gran tímido) es conocido y apreciado por todos sin distinción. Su buena disposición a ayudar en la medida de lo posible a sus compañeros es digna de mención: siempre estaba accesible a responderte cualquier duda sobre como hacer un trabajo o sobre como será el examen, y sobre todo siempre estaba dispuesto a dejarte los apuntes.

Muchos sociólogos y muchos sociólogas le debemos a él tener unos apuntes decentes para sacar una asignatura, ya que era un trabajador stajanovista y pese a catarros o al mal tiempo jamás faltaba a clase.

En una época en la que un porcentaje alarmante del estudiantado (especialmente en carreras como la nuestra) se dedica a sestear (he llegado a oír frases como "puff, es que las clases a las 11 son muy pronto") es elogiable mantener esa fuerza de voluntad en un ambiente en el que una buena parte de los alumnos (y algún profesor) hacen verdadera apología de la apatía y la desidia compitiendo a ver quién se exige menos a sí mismo.

Esta sección es para honrar a los grandes sociólogos, pero no por ello puedo obviar ciertas disfunciones. Javi prestó sus apuntes a todo el mundo sin distinción, independientemente de si eran buenos amigos y compañeros o no lo eran. Y creo que hubo gente que se aprovechó de esta situación, gente que no pisaba la clase y que ni se molestaba en saludarle acudían raudos y veloces en Diciembre y Mayo a reclamar sus apuntes. Pero bueno Javi, "lo que a ellos les denigra a ti te engrandece como persona".

Yo personalmente me identifico con su actitud, quizá no he llegado al nivel de asistencia que he llegado a tener (a alguna fiesta sí que me apuntaba); pero creo que soy un afortunado por poder acudir a clase, y sinceramente creo que aunque ha habido clases infumables también ha habido clases para enmarcar que me han formado como persona, y sinceramente, creo que ir a clase en el 95% de los casos (con un nivel de confianza del 95%) supera a quedarse durmiendo en la cama.

Aunque nos hubiera gustado a muchos compañeros y compañeras que acudieras a la cena de Graduación o a las fiestas de la facultad (pese a los intentos de tus colegas Víctor, David, Sergio, Isidro, Fernando y cía), sabemos que nunca ha sido de tu agrado ese "mundillo" de la noche y por eso te disculpamos que no cumplas uno de los principios "sociópatas" (amor a la marcha) ya que tus virtudes lo compensan con creces.

Javi, nunca lo olvides, ¡eres un SOCIÓPATA DE HONOR!